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Foto del escritorAlejandra Salinas

Entre tumores, cáncer y quistes


¿Alguna vez te has preguntado cómo empiezan esas travesías descontroladas de células que llevan a las tumoraciones, quistes y, en última instancia, al cáncer? Bueno, hoy nos adentraremos al mundo celular, armados con algo de ciencia, para entender lo que sucede en nuestro cuerpo y explicarte un poco por qué finalmente también en muchas ocasiones son enfermedades de tipo metabólico.


Imagina tus células como bailarinas en un escenario. Normalmente, siguen una coreografía perfectamente coordinada: nacen, se dividen y mueren en armonía. Pero, de vez en cuando, una célula decide bailar como le da su gana. Aquí es donde comienza la historia de las tumoraciones y el cáncer.


En el mundo de las formaciones celulares anómalas, es esencial comprender la distinción entre tumores benignos, cáncer y quistes. Los tumores benignos son como intrusos amigables, no invaden tejidos cercanos y generalmente son inofensivos. Por otro lado, el cáncer es la versión rebelde, células que se multiplican sin control y pueden invadir tejidos circundantes, propagándose por el cuerpo. Los quistes, por su parte, son como pequeñas burbujas llenas de líquido que pueden formarse en diversas partes del cuerpo. Aunque la mayoría son inofensivos, algunos pueden volverse problemáticos.


El crecimiento celular está sometido a una compleja red de factores, y el estrógeno juega un papel crucial en esta sinfonía biológica. Este hormona, principalmente conocida por su influencia en el desarrollo sexual femenino, también impacta significativamente en el crecimiento celular. En algunas circunstancias, niveles elevados de estrógeno pueden estimular la proliferación celular, lo que, en términos simples, podría impulsar un crecimiento no deseado. Este fenómeno ha sido vinculado a ciertos tipos de cáncer, destacando la importancia de mantener un equilibrio hormonal adecuado. Así que, aunque el estrógeno es esencial para funciones biológicas cruciales, su desequilibrio puede convertirse en un director no deseado en la orquesta del crecimiento celular.


Además del estrógeno, varios factores pueden desencadenar un crecimiento celular anormal. Entre ellos se incluyen las mutaciones genéticas, que pueden ser heredadas o adquiridas a lo largo de la vida, alterando el control normal de la división celular. La inflamación crónica también puede contribuir al crecimiento descontrolado, ya que las células pueden recibir señales incorrectas del sistema inmunológico. La exposición a carcinógenos ambientales, como ciertos productos químicos y radiación, representa otro factor de riesgo importante. Asimismo, las infecciones virales persistentes pueden perturbar los mecanismos de control celular, favoreciendo la proliferación no regulada. Mantener un estilo de vida saludable y evitar exposiciones perjudiciales puede ayudar a mitigar estos factores y mantener un equilibrio celular adecuado.


La Vía mTOR: La Directora de la Danza Cegada por el Éxito Celular

La vía mTOR (objetivo de rapamicina en mamíferos) es como la directora de la coreografía celular. Su trabajo es coordinar el crecimiento, la proliferación y el metabolismo celular. Pero, a veces, esta directora puede volverse demasiado ambiciosa.

Cuando la señalización de mTOR se descontrola, las células pueden comenzar a crecer sin restricciones, dividiéndose frenéticamente como bailarines sin control en una pista de baile. Aquí es donde necesitamos algún externo que dé otras indicaciones a las células y vuelvan a reproducirse, crecer y morir en orden. Aquí entran suplementos como la cúrcumina y el resveratrol.

La Vía AMPK: El Supervisor de la Energía Celular

En el otro lado del escenario, tenemos la vía AMPK (proteína quinasa activada por AMP). Esta es como el supervisor de la energía, asegurándose de que haya suficiente para todos y de que las células no se vuelvan demasiado codiciosas.

Cuando la vía AMPK detecta que la energía es baja, actúa como un interruptor de apagado para la vía mTOR, diciendo: "¡Basta de crecimiento, necesitamos conservar energía!" Aquí es donde entra en juego el café y el té verde, ya que la cafeína puede activar la AMPK, contribuyendo así a mantener bajo control el crecimiento celular desenfrenado.

Las Tumoraciones y Quistes: Las Rebeldías Celulares

Ahora, hablemos de las tumoraciones y quistes. Estos son como pequeñas rebeliones en el escenario celular. Cuando las células deciden ignorar las señales que deberían mantenerlas en equilibrio, pueden agruparse formando masas no deseadas. Y si estas masas comienzan a crecer sin control, estamos en el territorio del cáncer.


Cómo y por qué suceden: Un Resumen Rápido

  • Señalización Descontrolada de mTOR: Cuando la vía mTOR se descontrola, las células pueden crecer y dividirse sin restricciones, llevando potencialmente a la formación de tumoraciones y, en última instancia, cáncer.

  • Vía AMPK y Control de Energía: La vía AMPK actúa como el supervisor de la energía, apagando la señalización de mTOR cuando la energía es escasa. Sustancias como la cafeína en el café y el EGCG en el té verde pueden ayudar a mantener este equilibrio. Otra herramienta muy poderosa para activar la vía AMPK es el ayuno.

  • Tumoraciones y Quistes: Resultan de células que desafían las señales de control de crecimiento y deciden multiplicarse sin restricciones, formando masas no deseadas.

¿Qué tienen que ver la comida y las toxinas con todo esto?

Bien, resulta que nuestra dieta y el entorno en el que vivimos pueden ser como esos constructores de carreteras distraídos que crean desvíos peligrosos. Algunos estudios sugieren que ciertos productos naturales de la dieta pueden ser héroes que frenan el caos. ¡Hablemos de ellos!

1. Curcumina

La cúrcuma, esa especia amarilla que le da vida a muchos platos, tiene una joya llamada curcumina. Esta sustancia, según estudios, puede ser como el capitán que detiene el tráfico celular descontrolado al inhibir la señalización de mTOR, un jugador clave en el desarrollo del cáncer.

2. Resveratrol

El resveratrol, hallado en las uvas y el vino tinto, ha mostrado propiedades anticancerígenas. Actúa como ese amigo que apaga el interruptor del mTOR, frenando el crecimiento celular no deseado. Ahora, claramente nunca te voy a recomendar beber alcohol por los efectos neurotóxicos y hepatotóxicos que tiene, pero este compuesto ya lo puedes conseguir en pastillas. La dosis que tiene el vino es muy baja comparada con la que necesitas para tener un efecto terapéutico.

3. EGCG - El Héroe del Té Verde

El EGCG, un polifenol del té verde, impide que las células se vuelvan reproduzcan sin ton ni son. En experimentos, ha reducido la activación de proteínas asociadas al cáncer, manteniendo un orden saludable.

4. DIM - Un Defensor Vegetal

El DIM, presente en verduras crucíferas como el brócoli, es como el guardián verde de tu salud. Se ha asociado con la inhibición de mTOR, enviando a las células rebeldes una señal clara: "¡Deténganse!"

Y hablando de señales, aquí hay algo de ciencia: estos compuestos podrían afectar la señalización de mTOR, reduciendo así el riesgo de desarrollos celulares anómalos. ¡Una estrategia natural contra el caos celular! También lo puedes conseguir como suplemento.


¿Cómo se relaciona esto con el café y el té verde?

Aquí viene la parte interesante. La cafeína, presente en el café, y el EGCG del té verde han mostrado poderes para frenar la señalización de mTOR. Así que, mientras disfrutas de tu café matutino o tu té verde, también puedes estar dando un pequeño paso para mantener a raya el caos celular.


En resumen, nuestra dieta y elecciones ambientales pueden ser como directores de tráfico que determinan si nuestras células circulan en calma o se lanzan al caos. Pero aquí está la buena noticia: productos naturales como la cúrcuma, el resveratrol, el té verde y las crucíferas pueden ser tus aliados en esta travesía. También tomar en cuenta que muchos tipos de células cancerígenas se alimentan exclusivamente de glucosa y mueren cuando el cuerpo está en estado de cetosis alimenticia ya que no tienen combustible.


Toma en cuenta que esto de ninguna manera sustituye el consejo de tu médico ni el tratamiento que éste te sugiera. Este tipo de terapias nutricionales se pueden hacer a la par de tu tratamiento oncológico para obtener mejores resultados.

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