¡Hola a todos, queridos seguidores de Not a Diet!
Hoy hablaremos sobre un tema importante y complejo que afecta a muchas personas: el hambre y su conexión con nuestras emociones. Abordaremos este tema con empatía y ciencia, para comprender cómo nuestras emociones pueden influir en nuestra conducta alimentaria. Además te comparto algunos consejos para controlar el hambre emocional y doy respueata a algunas preguntas que me hacen con frecuencia mis pacientes.
¿Qué es un comedor emocional?
Un comedor emocional es alguien que recurre a la comida para manejar o regular sus emociones, en lugar de comer por hambre física o nutrición. Las emociones pueden afectar nuestra relación con la comida, lo que lleva a comer en exceso o a hacer elecciones poco saludables cuando nos sentimos tristes, ansiosos, estresados o aburridos.
¿Qué alimentos influyen en las emociones?
Algunos alimentos pueden tener un impacto en nuestras emociones debido a sus propiedades nutricionales y neurotransmisores. Por ejemplo, los alimentos ricos en triptófano, como el pavo y los lácteos, pueden aumentar la producción de serotonina, una hormona que puede mejorar el estado de ánimo. Del mismo modo, los alimentos azucarados o grasos pueden brindar una sensación temporal de satisfacción y calma, pero esto puede llevar a comer en exceso como respuesta emocional.
¿Cómo influyen las emociones en la conducta alimentaria?
Nuestras emociones pueden influir en la conducta alimentaria de varias maneras.
Algunos ejemplos incluyen:
Comer emocionalmente como escape: Podemos recurrir a la comida para distraernos o escapar temporalmente de emociones difíciles.
Compensar emociones negativas: En ocasiones, la comida puede utilizarse como una forma de recompensa o consuelo para lidiar con emociones negativas.
Emociones y antojos: Las emociones pueden desencadenar antojos específicos de alimentos, como el deseo de alimentos reconfortantes en momentos de estrés o ansiedad.
¿Qué hago si no puedo dejar de comer en exceso?
Si te encuentras luchando con el hambre emocional y el comer en exceso, aquí tienes algunos consejos para mejorar tu relación con la comida y las emociones:
Autoconocimiento: Presta atención a tus emociones y cómo influyen en tus elecciones alimenticias. Mantén un diario emocional y registra tus patrones alimentarios para identificar posibles desencadenantes emocionales.
Enfrentar emociones: Busca formas saludables de manejar tus emociones, como la práctica de la meditación, el ejercicio, la terapia psicológica o hablar con alguien de confianza.
Alimentación consciente: Prueba la alimentación consciente, toma tu tiempo para saborear los alimentos y presta atención a las señales de hambre física y saciedad.
Herramienta de Diario/Agenda de Not a Diet:
Para ayudarte en este proceso de autoconocimiento, te recomiendo utilizar la herramienta de Journal/Agenda. Esta libretita te permitirá conocer tus emociones, registrarlas diariamente y organizar tu mes, tus compras del súper y planear tu alimentación. Mediante preguntas reflexivas, podrás explorar diariamente tu relación contigo mismo y la comida.
Recuerda que todos somos humanos y está bien tener momentos en los que recurramos a la comida como una forma de lidiar con nuestras emociones. Lo importante es ser consciente de ello y buscar formas saludables de manejar nuestros sentimientos para mejorar nuestra relación con nuestro cuerpo y con la comida.
Muchos de mis pacientes viven este problema a diario, ellos me han permitido conocer el asco, desprecio e incluso odio que sienten hacia su cuerpo. Me he podido dar cuenta de la manera en la que se hablan a sí mismos y, lejos de llevarlos a actuar a favor de su salud, tristemente los hunde más en el desamor y la enfermedad.
El primer paso es cambiar nuestro diálogo interno, poco a poco lo demás va cayendo en su lugar.
¡Esperamos que esta guía te haya sido útil!
Siempre estoy aquí para apoyarte en tu camino hacia una alimentación saludable y una mejor relación con la comida y tu cuerpo.
Si te interesa tener la valiosa herramienta del diario/agenda para comedores emocionalea, ¡házmelo saber!
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